Pan Gu

Todas las grandes civilizaciones se han apoyado en la mitología para explicar los fenómenos de la Tierra.

Aunque en China existen varios mitos para explicar la creación del mundo y de los seres humanos, el mito de Pan Gu es el más extendido.

En los comienzos de los tiempos sólo existía el caos, pero los dos principios vitales del universo, conocidos como el yin y el yang, se unieron formando un huevo cósmico. Este huevo creció de manera inalterable durante 18.000 años, hasta que alcanzó el equilibrio perfecto. En ese momento, Pan Gu, que había estado durmiendo dentro del huevo, se despertó.



Pan Gu era el único hombre que existía. Era un gigante primitivo que vestía con pieles y tenía dos cuernos en la cabeza. Su estado emocional hacía variar el mundo. Cuando estaba alegre, en el cielo no había nubes, pero cuando se enojaba el cielo se oscurecía. Su llanto atraía la lluvia y sus suspiros se convertían en fuertes vientos. Cuando pestañeaba, el cielo relampagueaba y si roncaba aparecían los truenos.

Pan Gu, que dentro del huevo cósmico sólo veía oscuridad, cogió su hacha y lo rompió, separando así las partes claras y ligeras, que corresponden al yang, de las partes opacas y pesadas, que corresponden al yin. De esta manera Pan Gu creó el cielo (yang) y la tierra (yin).

Pan Gu, que tenía miedo que las dos partes volvieran a unirse de nuevo, se alzó sobre la tierra y sostuvo el cielo otros 18.000 años, hasta que se aseguró de que las dos partes estaban ya solidificadas en el lugar que les correspondía.

Cuando finalizó, al sentirse muy cansado, se tumbó y murió. En ese momento su respiración se transformó en el viento, sus ojos se convirtieron en la luna y el sol y de su cabellera nacieron las estrellas. Sus piernas y sus brazos se convirtieron en los cuatro puntos cardinales y en las cuatro montañas sagradas de China: el monte Emei, el monte Jiuhua, el monteWutai y el monte Putuo.

Su sangre se convirtió en los ríos y sus huesos en los minerales, su médula en diamantes y su sudor en la lluvia. De su piel empezaron a salir las pulgas que lo habitaban, creando así a la humanidad.